miércoles, 6 de mayo de 2009

Verdes. Rojos.

Esta mañana, de nuevo, he podido disfrutar del espectáculo de color que nos brinda el entorno. Verdes intensos mezclados de rojos tapizan una de las laderas que nos descubre la curva. Se trata de un sembrado de cebada plagado de amapolas, sí, amapolas. ¿Cuánto tiempo hace que no las vemos? Los herbicidas no las dejan crecer, pero nos permiten recrearnos en paisajes verdes absolutos.
Verdes. Rojos.
Rojo ha sido el color de la mesa que nos ha llegado a casa de Almendralejo. Acurrucada al lado del radiador, y acompañada de esos taburetes wengué, domina el alma de la cocina.
Verde, verde es el color con el que podría describir la sensación que he experimentado hoy al recoger a mis padres para que volvieran a casa, tras pasar unos días mi padre en uno de esos centros curasanos.
Verdes. Rojos. Todo, poco a poco, va tomando forma.

2 comentarios:

ana isabel dijo...

Espero que todo esté bien....
No sabia nada, por lo que leo, creo que habeis pasado un bachecillo.

Un besazo.

Laura dijo...

Qué bonito es poder seguir disfrutando de los colores que nos ofrece el día a día, porque incluso los grises dan paso a múltiples combinaciones con las que hacerlos destacar.
Gracias!!!!